Sin fundamentalismos
Quienes han seguido esta columna deben haber notado la apuesta que hacemos desde este espacio por el llamado software libre y abierto. Creo que es necesario que desde el estado se promueva su uso y que la mayoría de la gente sepa usarlo. Que los usuarios aprendan su relación con la computadora desde el software libre y luego si quiere migre al propietario. El Estado y el sistema educativo público no tiene porque crearle a una empresa clientes gratis cuando existen alternativas abiertas y en las que todo el mundo puede meter el ojo para que no le metan a uno gato por liebre. Pero hay áreas en las que el software libre no alcanza aún, no da la talla como uno quisiera y se hace imposible la migración. Incluso a veces pueden no ser áreas completas sino detallitos a los que uno puede estar acostumbrado que no hay manera de hacerlas.
Por ello una migración del software libre al propietario debería hacerse de manera escalonada, paso a paso para que los usuarios finales se vayan acostumbrando, la institución o la empresa vayan probando como les afecta y dónde el último cambio debe ser siempre el sistema operativo.
Y escribo desde mi experiencia personal pues luego de haber usado durante varios meses software libre montado en el sistema operativo de Microsoft decidí hacer el cambio drástico a una distribución de Linux con la que llevo ya poco más de dos meses. Y si bien yo no he tenido mayores problemas con el cambio, soy particularmente un usuario bastante básico: navego(Firefox,Konqueror), reviso correos electrónico (Thunderbird), escribo textos (Open Office), abro fotografías y hasta las retoco con sencillez (Gimp), grabo mis podcast (Audacity). Pero con Linux o mejor dicho con software libre me ha sido imposible diseñar páginas como me gusta hacer de vez en cuando por que sencillamente el software libre disponible (Scribus) es muy engorroso y no llega todavía al nivel de un Pagemaker del año 92 con el que empecé a montar páginas.
Montar software en Linux es súper fácil si éste está compilado para la distribución que estés usando, sólo se trata de hacer click en una suerte del buscador de programas y ya. Pero si el software no está adaptado a tu particular distribución entonces tienes que hacerlo por tu cuenta y la cosa se complica un poco más. Y esto que en ocasiones puede ser una ventaja (en una empresa) puede ser un inconveniente para los usuarios finales tarados como yo que queremos resolver todo en un click. Y supongo que de estos habemos muchos. Por eso software libre sí, según tu necesidad.
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