Licencias para crear
Seguro has leído más de una vez en un disco, en un libro, al principio de un video una frase como esta: “está totalmente prohibido la reproducción total o parcial de esta obra sin permiso de editor.Todos los derechos reservados”. Eso significa que si quieres copiar, si quieres usarlo, aunque sea solo una parte de esa obra tienes que pedirle el permiso a alguien,tienes que llamar a la editorial, a la casa disquera, te preguntaran para que lo quieres, que vas a hacer con ello, lo consultaran y luego si tienes suerte te dirán cuanto te cuesta usarlo o te darán el permiso para usarlo de manera gratuita, pero en medio de todo eso tu habrás perdido valioso tiempo...pero, ¿qué pasaría si desde un principio sólo estuvieran “algunos derechos reservados” y te ahorrarás el papeleo?
Ahorrarse el papeleo es en pocas palabras, lo que propone Lawrence Lessig, profesor de la Universidad de Stanford, especialista en ciber derechos y que ha escrito su libro Free Culture (en español Cultura libre/liberen a la cultura).Lessig también dice que los derechos de autor no pueden ser tan prolongados como lo son en muchas partes del mundo porque ello atenta contra la creatividad. Él ,por ello ha creado un tipo de licencias fundamentadas en el copyright pero que permiten a cada autor ceder parte de sus derechos según sus deseos. Existe por ejemplo la licencia de reconocimiento que permite la copia,distribución y producción de obras derivadas siempre que se mantenga el reconocimiento del autor original, También está la no comercial que permite lo mismo pero siempre bajo la condición de que sea con fines no comerciales, la que permite todo excepto la realización de trabajos derivados y la que permite otros realizar trabajo derivados sólo bajo una licencia idéntica a la original. A partir de estas licencias básicas existen varias combinaciones más.
Pero estas licencias son bastante más que un asunto para leguleyos ,pues permiten libertad de creación a partir de obras licenciadas bajo sus términos. Más claramente, en el caso en que se permiten obras derivadas, puedes crear a partir de ellas sabiendo que no vas a tener a un montón de abogados detrás. Pero no sólo eso sino que promueven cultura al permitir, por ejemplo, que las obras sean de dominio público (de uso gratuito en todas sus formas) en países en desarrollo. Las licencias Creatives Commons para funcionar deben ser adaptadas a legislaciones de cada país. En Iberoamérica España y Brasil llevan la delantera pero le siguen de cerca Argentina, Chile y México. En Venezuela, de momento no hay nadie que se ocupe de estas cosas.
Ahorrarse el papeleo es en pocas palabras, lo que propone Lawrence Lessig, profesor de la Universidad de Stanford, especialista en ciber derechos y que ha escrito su libro Free Culture (en español Cultura libre/liberen a la cultura).Lessig también dice que los derechos de autor no pueden ser tan prolongados como lo son en muchas partes del mundo porque ello atenta contra la creatividad. Él ,por ello ha creado un tipo de licencias fundamentadas en el copyright pero que permiten a cada autor ceder parte de sus derechos según sus deseos. Existe por ejemplo la licencia de reconocimiento que permite la copia,distribución y producción de obras derivadas siempre que se mantenga el reconocimiento del autor original, También está la no comercial que permite lo mismo pero siempre bajo la condición de que sea con fines no comerciales, la que permite todo excepto la realización de trabajos derivados y la que permite otros realizar trabajo derivados sólo bajo una licencia idéntica a la original. A partir de estas licencias básicas existen varias combinaciones más.
Pero estas licencias son bastante más que un asunto para leguleyos ,pues permiten libertad de creación a partir de obras licenciadas bajo sus términos. Más claramente, en el caso en que se permiten obras derivadas, puedes crear a partir de ellas sabiendo que no vas a tener a un montón de abogados detrás. Pero no sólo eso sino que promueven cultura al permitir, por ejemplo, que las obras sean de dominio público (de uso gratuito en todas sus formas) en países en desarrollo. Las licencias Creatives Commons para funcionar deben ser adaptadas a legislaciones de cada país. En Iberoamérica España y Brasil llevan la delantera pero le siguen de cerca Argentina, Chile y México. En Venezuela, de momento no hay nadie que se ocupe de estas cosas.
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